domingo, 30 de mayo de 2010

Pepe Suárez Carreño



CANCIÓN DESESPERADA
ME muero de amor, me muero.
La sombra de mi tristeza,
ni me vence ni la venzo.
Pena mía, de mi carne,
en el corazón la tengo.
Pena que sube a mis labios
como un fruto amargo y seco.
¡Pena del hombre! La pena
que se siente con el cuerpo.
¡Ay! soledad sin tu vida,
mi mujer, sin tu remedio.
Si me vieras cómo estoy
de angustia seca por dentro.
Si vieras la luna helada
que escurre nieve en mi pecho.
Si tú pudieras oír
cómo calla mi tormento
y sentir cómo es de triste
de noche mi pensamiento.
Las dos manos tengo ciegas,
que su luz era tu cuerpo.
Y dentro del corazón
estoy solo con el viento.
La frente tengo vacía
y en mi boca está desierto
el beso de amor, aquel
que deja su sombra dentro.

Pero la pena es la pena,
y este dolor que yo tengo
es pena sola, es peñasco
solitario en su tormento.

(De La tierra amenazada, 1944)

José Suárez Carreño, Guadalupe (Méjico), 1914 - Madrid, 2002

domingo, 16 de mayo de 2010

Catulo


Vivamos, pues, y amemos, Lesbia mía,
los rumores severos de los viejos
en nada todos juntos estimemos.

Pueden soles perecer y retornar
mas a nosotros apenas nuestra breve luz declina,
llega el dormir eterna noche.

Mil besos dame, y luego otros cien,
y además otros mil, y otra vez cien,
y mil más todavía y luego otros cien...

Y después, cuando sumemos muchos miles,
perdamos la cuenta y no sepamos,
que no pueda echarnos mal de ojo algún malvado,
al saber que son tantos nuestros besos.

Carmina, V

Cayo Valerio Catulo

(Verona, 87 a.C. - Roma, 54 a.C.)